Ante la llegada de la primera ola de calor los medios de comunicación difunden con tremendismo recetas para sobrevivir. Y entre ellas está no hacer deporte intenso o prolongado al aire libre. Pero, ¿realmente es tan peligroso? ¿Debemos dejar de entrenar si nos es imposible correr a primera hora de la mañana o última de la tarde?
Pues las respuestas son sencillas, no es tan peligroso y sí se puede seguir entrenando durante estos días aunque los termómetros marquen 40 grados. De hecho hay muchas pruebas de fondo que incluso de celebran a estas temperaturas ¿Cómo?, pues con estas sencillas pautas.
- Podemos correr los días de una ola de calor sólo si durante al menos diez días previos ya hemos entrenado con calor (diez grados menos aproximadamente). La posible deshidratación, la temperatura corporal elevada, calambres, sudoración excesiva, náuseas o mareos típicos dejan de ser algo inevitable. De hecho los mayores golpes de calor masivos que he visto han sido en carreras por el norte de España en otoño o primavera a no más de 25 grados después de unas semanas con mal tiempo.
- Podemos correr con una ola de calor sólo si la hidratación durante los días previos ha sido correcta.
- Podemos correr si conocemos el mecanismo de sudoración habitual de nuestro cuerpo, la variabilidad es enorme, podemos perder de 1 a 4 litros a la hora. Simplemente deberíamos ir reponiendo ese líquido perdido durante la práctica sin dejar de lado los electrolitos mediante sales minerales.
- Compensar el efecto cardiovascular que provoca la sudoración abundante, el desgaste metabólico de regulación de temperatura, con una bajada en los ritmos de exigencia y volumen de carga habituales. Ya que hay menos riego sanguíneo a los músculos que estamos trabajando, en labores de refrigeración, podríamos cortocircuitar a nuestro organismo pasando los temidos 37 grados corporales.
- Al mínimo síntoma de deshidratación parar la práctica deportiva ese día. Así evitaremos tener que acudir a un centro sanitario por empeñarnos en terminar un entrenamiento que no vamos a asimilar.
- Hidratar las horas siguientes al entrenamiento.
Todo podría resumirse en preparación y sentido común. Ese mismo sentido común que nos hace no olvidar en estas fechas:
- Aplicarnos protectores solares.
- Llevar gorra y gafas de sol.
- Ponernos la ropa más transpirable y clara que tengamos.
- Si tenemos la posibilidad, concentrar la actividad física a primera hora del día o primera de la noche.
- Si tenemos la posibilidad de hacer un entrenamiento cruzado equivalente con otra disciplina deportiva que implique menos calor, como por ejemplo natación, hagámoslo.
- Evitar ingerir bebidas o fármacos deshidratantes como cafeína, alcohol, antidepresivos, antihistamínicos o antiinflamatorios.
Nos vemos al sol.
By Nemo.